Debe
de ser muy difícil resistirse a la tentación de la fama rápida y el cheque en
blanco. Por mucho que pensemos aquello de “yo no me vendería”, la realidad es
que llegado el momento, ni yo, ni probablemente la mayoría de lectores
pudieran negarse a una oferta jugosa que te arreglara una buena temporada. Por
eso es tan extraordinario comprobar que hay gente que no se traiciona y que,
pese a haber probado las mieles del triunfo, prefiere seguir como siempre, con
su viejo coche, los amigotes de toda la vida y la señora que te ha acompañado
en los últimos 20 años. Rodríguez, el protagonista de la excepcional historia
que cuenta “Searching for Sugar Man”, documental ganador del Óscar en la pasada
edición, es una de estas rara
avis que prefiere continuar
con su humilde existencia frente a otra llena de placeres y lujos. No hay
muchos ejemplos así. A raíz del asqueroso caso de transfuguismo que ha aupado
al PSOE a la alcaldía de Ponferrada con la ayuda del ex alcalde Ismael Álvarez,
condenado por acoso sexual, leía como su víctima, Nevenka Fernández, nunca
aceptó que la entrevistasen en ningún medio de comunicación tras la condena.
Probablemente los ceros que le ofrecieron en muchas televisiones superaban con
creces el sueldo que ganaremos cualquiera de nosotros en bastantes años.
Frente
a estos casos, alucino al ver como también otra concejala, famosa por la
difusión de un vídeo erótico, se lanza a la piscina, literal y metafóricamente,
de los focos y los quince minutos de fama en un programa de televisión, que ni
he visto ni tengo ningún interés en ver. Tampoco entiendo por qué Santiago
Segura, con una sólida carrera a sus espaldas como actor y director, se expone
de esa forma en otros programas de igual calibre. Cada cuál puede hacer con su
existencia y su cuenta corriente lo que se le antoje, pero luego, cuando los
flashes de los paparazzi les deslumbren en su vida privada, que no se
quejen.
Publicado en Las Provincias el 16/03/2012
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