martes, 19 de octubre de 2010

El Luchador (The Wrestler)


Dirección: Darren Aronofsky.
País:
USA.
Año: 2008.
Duración: 105 min.
Género: Drama.
Interpretación: Mickey Rourke (Randy Robinson), Marisa Tomei (Cassidy), Evan Rachel Wood (Stephanie Robinson), Mark Margolis (Lenny).


Hay películas que siempre tienes pendientes de ver, pero no sé porqué extraña razón, se te resisten. El luchador era una de ellas. He querido verla desde que se estrenó en 2008, pero no había tenido la oportunidad.  Me la bajé de Internet pero el angelito que habita en mi conciencia y que en los últimos meses me dice que respete los derechos de los productos culturales, me dictaba que esperara a comprarla o alquilarla. Hace un par de semanas, un periódico muy rojo y muy caótico que cada viernes regala peli de calidad por 1 euro, me brindó por fin la oportunidad de devorarla con gratificante resultado.

Los de mi generación y creo que algunos que me llevan unos añitos nos pasamos de pequeños unas cuantas horas frente al televisor alucinando con los mamporros que se arreaban Hulk Hogan, el Último Guerrero o los Sacamantecas. En esos combates de Pressing Catch, nuestros padres nos repetían cada semana que todo era una patraña, que los tíos fornidos que veíamos en la tele no se pegaban de verdad, pero nosotros, con esa ingenuidad propia de la infancia, les mirábamos incrédulos. Ni de coña. Menudas galletas se metían…

El Luchador narra la vida de uno de esos profesionales, Randy "The Ram" Robison, que en el declive de su carrera intenta sobrevivir como puede con la dignidad hecha trizas y el recuerdo de lo que pudo ser. En el ocaso de su existencia, la vida le presentará una última oportunidad para reconciliarse con el mundo.  

Un irreconocible Mickey Rourke, fruto de la cirugía estética y de las cicatrices que la industria del cine ha dejado en su rostro, borda un personaje que desde el minuto uno me provoca compasión, piedad y ternura, y que quizá, por el paralelismo que existe entre su personaje y su propia vida, me despierta una honda tristeza. Rourke, a pesar de los años y de que prácticamente ya carece de expresión, sigue siendo un buen actor y le aporta a “The Ram” un halo de nobleza difícil de hallar en el ser humano cuando ya no tiene mucho por lo que luchar. Estupenda está también Marisa Tomei en el papel de una bailarina de striptease que aportará una pizca de esperanza a la vida de este hombre.
Ironías del destino, después  de toda una vida en el cine sin haber sido reconocido con ningún premio, este personaje hizo que Mickey Rourke consiguiera un Globo de oro, un premio Bafta, un Independent Spirit Award y se quedara a las puertas del óscar como mejor actor. El director del film, Darren Aronofsky, nos brinda de nuevo una lección de buen cine, después de que hace ya diez años, encumbrara la perturbadora y también desasosegante Requiem por un sueño. Cine desde las entrañas.