martes, 11 de enero de 2011

Dos maneras infames de ligar


Me sigue sorprendiendo lo torpes que pueden llegar a ser algunos tíos a la hora de intentar llevarse al huerto a una mujer. Aquí van dos ejemplos de ello, ambos verídicos.

Jueves noche, garito con música española de los 80 y los 90, pandilla de nueve chicas celebrando el cumpleaños de una de ellas.  En ese tipo de encuentros lo que solemos hacer es básicamente beber y bailar de forma desenfrenada, aunque parezca absurdo. He de decir que la mayoría tienen pareja y, de momento, siguen enamoradas. Un tío con cara de fava se acerca a una de nosotras. “No he podido dejar de mirarte en toda la noche… Me casaría contigo… Me llamo Gonzalo”. La forma de entrarle ya resulta patética, pero la cosa no acaba ahí.  Al rechazarlo mi amiga muy amablemente, el tipo le pregunta “¿Y alguna de tus amigas está soltera? Tengo un BMW y una casa en la playa”. Pues no Gonzalo, y aunque estuviésemos solteras, pongo la mano en el fuego de que ninguna se hubiera ido contigo. Preferimos nuestro smart y pasar los fines de semana con los suegros antes que verte el careto todos los días.

Otro día estaba aparcando la bici cuando se me acerca un tío trajeado con pinta de perdedor. “Perdona, ¿te puedo hacer una pregunta? ¿tienes seguro médico?” Imagino que se me quedó cara de tonta, cosa que no le desanimó, y comenzó a explicarme las bondades de contratar un seguro con una conocida compañía en la que, por supuesto, él trabajaba. Me dieron ganas de vomitar cuando me habló de las ventajas que tendría si me quedaba embarazada, bla bla bla... Decliné su oferta diciéndole que no tenía trabajo y por tanto no podía pagarlo. “¿Tampoco tienes pareja?” No supe reaccionar. “Pues te doy mi tarjeta y mi número y podemos quedar algún día…” ¡Ni en tus mejores sueños, amigo! El tío aún insistió. Supongo que sería un buen comercial.  Una vez se hubo ido, pensé la falta que me habría  hecho ese seguro si hubiera decidido compartir mi vida con él. Para las sesiones del psiquiatra que seguro hubiera terminado necesitando.