viernes, 5 de abril de 2013

PRIMAVERA ENTRE CAPULLOS



Me asomo a la terraza y observo de un día para otro como los geranios de mi balcón han vuelto a florecer. La buganvilla empieza a brotar tímidamente e incluso el aloe vera intenta demostrarme que más allá de su apariencia de cactus amenazador, en su interior también esconde una espigada flor. De pronto ha llegado la primavera dejando atrás la dureza de un invierno en el que más que sentir el frío y las heladas, los españoles hemos tenido que sufrir aún más recortes, más casos de corrupción, privatizaciones, imputaciones y ERES ilegales. Como la naturaleza no entiende de déficits, primas de riesgo, desahucios ni cuentas en Suiza, la nueva estación se va desperezando ajena a todo lo que ocurre y muestra descarada esos brotes verdes que nos prometieron hace años y que desgraciadamente no contagian a nuestra economía.

Con el cambio de hora, alargo los paseos vespertinos con mi perro por el parque y veo como asoman los primeros escotes y los pies desnudos, las parejas de enamorados emergen como caracoles tras la lluvia y vuelven a poblar los bancos con sus besos mientras los niños se multiplican y corretean por el césped.  Parece que este año no tendremos Primavera árabe ni valenciana, pero quién sabe, quizá la recordemos como el inicio de la primera Primavera Republicana. Mientras el universo sigue a lo suyo, Cristóbal Montoro y Mariano Rajoy se atreven a predecir el futuro y nos aseguran que 2013 será el último año de la crisis y que en 2014 se creará empleo. Quizás ellos también se encuentren bajo los turbulentos efectos primaverales.  Los ciudadanos tenemos ya ganas de que nos dejen germinar de una vez, aunque me temo que los últimos coletazos del invierno aún nos azotarán por un tiempo. Demasiado capullo suelto para tan poca primavera.   
Publicado en Las Provincias el 05/04/2013

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