viernes, 12 de noviembre de 2010

¿Estamos mayores?

Sí. Estamos mayores. Es una frase que oigo mucho últimamente en boca de amigas y amigos. Supongo que aquellos que hayan sobrepasado los cuarenta o los cincuenta se descojonarán de la frasecita, pero me da que pensar. Estamos mayores… ¿para qué? 

Precisamente hoy dejo atrás la veintena y me adentro en los temidos 30. Una edad en la que supuestamente uno ya tiene cierta estabilidad personal y profesional y sabe lo que quiere en la vida. Y sin embargo, a mí, con mi tres y mi cero recien estrenado, me resulta  bastante lejana esa supuesta seguridad que veo a mi alrededor


Pero no, no me siento mayor. Y además desde aquí reivindico el no crecer del todo nunca. Quiero tener siempre ganas de salir a cenar y a tomar copas; y seguir emborrachándome en compañía de la gente que me aporta vida, reclamo el  continuar haciendo tonterias aunque no tenga edad; deseo seguir emocionándome con una imagen, una palabra, un sabor o un paisaje; me niego a no vibrar y cantar en un concierto, exijo mantener  siempre cierta ingenuidad para continuar asombrándome ante las cosas,  demando el derecho de anclarme a una forma de vivir y sentir en la que la ilusión y los sueños nunca desparezcan. 

¡Treintañeros del mundo, uníos! Y Entre todos hagamos todo lo posible por mantener vivo el espíritu de Peter Pan.

miércoles, 10 de noviembre de 2010

Alquimia en los fogones

Es difícil descubrir nuevos restaurantes en Valencia que reúnan las cualidades  suficientes que hacen que tenga ganas de volver al local y hablar de él a mis allegados.  Hace unas semanas ocurrió. El sitio se llama L'Alquimista y hacen comida italiana tradicional. Situado en la frontera entre Ruzafa y Cánovas, lo primero que llama la atención es su inusual tamaño. Sólo cuatro mesas, o lo que es lo mismo, veinte comensales. Siempre he pensado que los restaurantes buenos tienen pocas mesas, así se consigue que la calidad del producto y el servicio sean los adecuados.  


 Tampoco soy una gran fan de los menús cerrados o de degustación, pero en esta ocasión lo que nos ofrecieron fue más que acertado. Por un precio creo que bastante razonable (16’50 €, bebidas aparte), probamos un tartar de aguacate con pasas y piñones delicioso acompañado por otro tartar de carpaccio algo más flojo, servidos con un pan recién hecho que quitaba el sentido. Seguimos con una especie de masas enrolladas, rellenas de longaniza y calabaza, y de espinacas y queso de cabra que también nos dejaron un grato recuerdo. Los dos platos de pasta que sacaron estuvieron a la altura, pasta fresca rellena de calabaza y cocinada con mantequilla y espagueti con tomatitos, mejillones y otras delicias marineras. Para terminar, tres tartas diferentes de las que no quedó ni una migaja. Nicola, uno de los cocineros, nos recomendó un vino italiano muy bueno del que nos vimos obligadas a repetir.

Volví pocos días después y en esta ocasión elegimos a la carta. Sólo por probar los espagueti carbonara (nada que ver con lo que se hace por ahí) vale la pena acercarse hasta el local. Si además vivís por la zona, lo hacen todo para llevar y venden pasta fresca hecha por ellos de todas las formas y tamaños.  Resumiendo: el local tranquilo y con una decoración agradable, el trato cercano, el precio perfecto para esta época de vacas flacas, y la comida, excelente. Para repetir.

L'Alquimista
c/Luis de Santángel nº 1
Telf. 685 20 14 13
Precio médio: 20-25 €