viernes, 31 de octubre de 2014

PALABRAS DE AMOR


Los tiempos cambian, como cantaba Dylan, pero los sentimientos permanecen inmutables. El amor romántico ha evolucionado a través de los siglos y con él, también las palabras con las que los enamorados verbalizan su pasión. Cambia el medio, pero no el mensaje. Desde los trovadores medievales que componían sus odas suspirando por duquesas inalcanzables o campesinas moribundas hasta esas declaraciones de amor públicas que una de las partes prepara y graba en vídeo cosechando miles de visitas en Youtube, no hay tanta diferencia. Sin embargo, observo cómo ha cambiado el cuento en algo más de 15 años a la hora de susurrarse palabras de amor.

Yo recuerdo aprenderme de memoria rimas enteras de Bécquer y buscar la inspiración en los ’20 poemas de amor y una canción desesperada’ de Neruda para luego deslizar alguno de los versos en las cartas que le escribía al que yo creía mi amor eterno, que solía durar un verano. Más tarde serían diálogos sacados de alguna película de la adolescencia, Dirty Dancing o La Princesa PrometidaHasta que llegó Serrat con sus Paraules d’amor para descubrirme que la poesía se podía cantar y que los juglares de nuestra época expresaban el sentimiento universal como nadie. Ahora veo a mi prima de 18 años y a su novio hacerse promesas y juramentos a través de Facebook que harían sonrojarse a la mismísima Corín Tellado. Me da un poquito de grima ese exhibicionismo sentimental tan del siglo XXI amplificado por las redes sociales, pero eso no es lo peor. Lo malo es que la mayoría de las frases que intercambian públicamente no provienen de poetas o cantantes, sino de los últimos hits de reggeaton que suenan en la discoteca. Ante eso o el ‘Paqui, te querré hasta la muerte’ que adorna muros y pasarelas de autopista, no sé con qué me quedo. 


Publicado en Las Provincias el 31/10/14

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