Hay
veces que no sabes que será la última. Y te despides como cualquier otro día,
sin prestar atención. Con la certeza de que habrá otros momentos. Cuando te das
cuenta de que no volverás a ese lugar o a ver a esa persona, te queda un sabor
amargo. Las despedidas son importantes. Te apaciguan por dentro. El viernes
pasado, cuando me bajé en Atocha y enfilé por Gran Vía hasta el que ha sido mi
medio hogar en los últimos tres años, sabía que sería el último fin de semana
que haría ese recorrido. Volveré a Madrid, pero ya no será lo mismo. Seré una
visitante, no la persona que ha sido adoptada por la ciudad estos años. Vivir
separada de tu pareja tiene muchos inconvenientes, pero también alguna ventaja.
Las ganas de verse, la urgencia por aprovechar cualquier rato juntos, también el
poder saborear solo lo bueno que te regala una gran ciudad como Madrid sin
tener que sufrir sus distancias, sus atascos, sus precios ni su soledad.
El
sábado me levanté temprano y me fui a pasear, antes de que abriesen las
tiendas, cuando todavía las calles de Malasaña olían a orín y escupían los
desechos de la noche anterior. Quería decirle adiós al barrio. Echar la última
ojeada a las bodegas y los bares donde bebimos e hicimos planes, a las galerías
en las que nunca entramos y a los restaurantes que nos decepcionaron y otros en
los que fuimos felices. Cada esquina me lanzaba un recuerdo. Mentalmente atravesé
Sol hasta el cine que nos dio refugio muchas tardes de domingo, me acerqué
hasta Lavapiés, llegué a La Latina y me detuve en sus plazas. A mediodía fuimos
al Retiro al que los ocres del otoño lo ennoblecen aún más. El domingo nos
levantamos tarde y desayunamos vermut de grifo. Y brindamos por el nuevo
horizonte. Lejos de Madrid, pero con un futuro emocionante.
Publicado en Las Provincias el 2/10/2015
Hola Paula, soy Macarena (¿te acuerdas de mí?) :)
ResponderEliminarSimplemente queria decirte que estoy flipada con la coincidencia de post y de momentos vitales.... Esto lo escribí anoche:
http://entremadridyelcaos.blogspot.com.es/2015/10/en-el-caos-y-sin-madrid.html
No me digas que no es llamativo!
un besote y suerte con los cambios. Te veo por Valencia.
Holaaaaa Macarena, Claro que me acuerdo. Acabo de leerte. Jo, qué coincidencia. Echaremos de menos Madrid, pero aquí tampoco se vive nada mal. ¡¡Un besazo!!
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