viernes, 26 de diciembre de 2014

LISTAS NAVIDEÑAS



Es época de listas. Allá donde miro, encuentro un listado con las diez mejores películas y discos del año, los cinco cómics más recomendables, las recetas más sabrosas, los restaurantes que hay que visitar el año que viene, las series indispensables, los libros que hay que leer y los goles que pasarán a la historia. Me abruma darme cuenta de todas las cosas imprescindibles que me he dejado en el camino de este 2014. Hay listas que nos hacen rememorar los momentos importantes del año, un vino, una canción o un destino que el lector encuentra en ese resumen y que le despierta sensaciones, otras son negras enumeraciones que nos hacen enfrentarnos a lo peor de la naturaleza humana: los países donde mueren más niños, los peores conflictos armados, los partidos con mayor corrupción.


Hacemos listas para comprender mejor el mundo, para ordenar nuestro pensamiento, para dejar hueco a lo importante y desterrar lo superfluo, para clasificar nuestras experiencias y darle un sentido al exceso de información que nunca deja de avasallarnos.  Llega diciembre y los periodistas nos convertimos en prescriptores, consejeros y teóricos con derecho a establecer y catalogar lo mejor y lo peor del año, muchas veces con criterio discutible. Así que si hacen balance de los últimos doce meses y se dan cuenta que no entendieron una palabra de Interstellar o que Boyhood les pareció un tostón, si no pudieron terminar la última novela de Javier Marías o prefieren la música facilona de Enrique Iglesias a la voz profunda de Leonard Cohen, no se preocupen. El inventario personal de cada uno es el que cuenta, porque nos hace estremecernos de emoción independientemente de su contenido. No dejen que nadie les diga cómo hay que vivir y qué hay que sentir y menos un periodista.

Publicado en Las Provincias el 26/12/14

1 comentario:

  1. Muy buen artículo que detalla la realidad. Felicidades y sigue escribiendo con tanta claridad Y pasión.

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