viernes, 3 de agosto de 2012

OLE SUS HUEVOS


Existen lugares que ya sólo podré ver en imágenes y vivirlos en los recuerdos de la gente que estuvo allí. Sitios que ya no existen debido sobre todo al factor humano, o mejor dicho inhumano, que es cruel y vengativo a partes iguales, pero también a causa de la fuerza de la naturaleza, que es brutal y caprichosa. Ya no podré ver el perfil de Nueva York desde la azotea de las Torres Gemelas, ni contemplar los gigantescos Budas de Afganistán que los talibanes destruyeron en nombre de la religión.  Las playas devastadas por el terremoto y posterior tsunami en el Índico, ya se han recompuesto, pero aun así siento que es urgente visitar los lugares antes de que modifiquen parcial o totalmente su fisionomía. Escucho apenada la noticia de que el Gobierno ha extraditado a los cooperantes de los campamentos saharuis de Tinduf ante el riesgo inminente de secuestro por parte de grupos terroristas.  Otro lugar que ya no será fácil de visitar.
En este caso no necesitaré que nadie me lo cuente. Hace años tuve la inmensa suerte de compartir una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida al lado de una familia saharaui que no solo nos ofreció techo y comida, sino que también nos abrió su alma de par en par. Si ahora también tachamos ese punto del mapa, este pueblo quedará relegado, todavía más, al abandono. Veinte cooperantes ya han anunciado que volverán al Sáhara. Ante la noticia, tengo el corazón partido. Entiendo que tal y como está nuestro país, el gobierno no esté para pagar rescates, pero también sé que si se marchan, con ellos desaparecerá lo último que les queda, los testigos y las voces que claman contra la injusticia.  Así que, sólo puedo añadir: ole sus huevos









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