viernes, 11 de noviembre de 2011

DINERO SUCIO

El pasado domingo me disponía a ver un documental, y sin saberlo acabé viendo una película de terror, quizás una de las más inquietantes que he visto últimamente. Ciudad de Nueva York, año 2008. Una panda de villanos dirige el mundo, siniestros personajes de las altas esferas que tienen anestesiados a los ciudadanos con trucos, mentiras y falsas promesas. Los malhechores se las arreglan para destruir el futuro de millones de personas dando paso al caos y la ruina. Mientras, sus jefes, encargados de velar por los abusos de sus asalariados, miran hacia otro lado permitiendo los desmanes de los delincuentes.
Un argumento típicamente Hollywoodiense, solo que esta vez sin héroes ni final feliz. Es lo que ocurre cuando la realidad aplasta a la ficción. Porque lo que vi, por desgracia, no era una película de malhechores, se trataba de 'Inside Job', el documental ganador del óscar de este año. Durante dos horas desfilan por la pantalla una panda de políticos, banqueros, economistas y académicos que van desgranando sin ningún tipo de pudor ni arrepentimiento como tejieron los hilos de esta crisis mundial de la que el mundo trata de escapar. No utilizaron armas al uso. Estos criminales fueron más sofisticados. En lugar de sierras mecánicas, hachas o cuchillos se inventaron las hipotecas subprime, también llamadas basura, y sustituyeron la casa en la que cometían sus crímenes por las agencias de calificación de riesgo y los mercado de derivados. El problema es que las víctimas de este drama sí que sangran de verdad. Con esta élite dirigiendo el mundo, prefiero que las riendas de mi destino las tome Dracula, Jason, Leatherface o el mismísimo Freddy Krueger.


Publicado en Las Provincias el 28/10/11

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