domingo, 10 de julio de 2011

LA VIRILIDAD DEL MACHO DOMINANTE

Desconozco la proporción de machos dominantes que existe en una manada de perros, pero imagino que debe de ser alta porque desde que paseo con el mío por el parque, siete de cada diez dueños afirman que su can posee esta característica que les hace ser el más chulo del barrio. Parece que el hecho de que el animal plante cara e intente montar a todo lo que se mueva, sea macho, hembra o humano, es un punto positivo en la vida perruna del que hay que sentirse orgulloso. Yo les contesto que Blues, mi perro, es completamente lo opuesto. De hecho es bastante cobarde. Le dan miedo los gatos, las cucarachas y su primer encuentro con una hormiga le hizo correr a refugiarse entre mis piernas.
Pero las mujeres conocemos bien cómo puede cambiar la actitud de un macho que se siente amenazado. Hace unos días tomaba algo con tres amigas en una terraza en compañía de otro amigo y del perro cuando asistí perpleja a una nueva faceta desconocida hasta entonces de mi mascota. Cada vez que pasaba cerca otro perro, fuera éste de dimensión pulga o tamaño bulldozer, Blues se erizaba, le gruñía y enseñaba los dientes. Más tarde me explicaron que ante la presencia de mi amigo, un macho nuevo en la manada, el perro tenía que demostrar que él era el que mandaba y que podía defender a sus chicas. Típico comportamiento masculino. Siempre demostrando su virilidad sin entender que ese sacar pecho y ponerse gallito puede resultar sexy a algunas mujeres, pero la mayoría preferimos un buen quiebro, una contestación acertada que desarme al contrario y en el peor de los casos, una huida rápida. La inteligencia es el mejor de los músculos si se sabe hacer buen uso de ella. Trataré de explicárselo al perro.
Publicado en Las Provincias el 8-7-2011

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