viernes, 6 de mayo de 2016

LAS PALABRAS DE MARÍA



Cuando con 18 años aterrizabas en la Facultad de Periodismo, lo hacías con la misma ilusión que ingenuidad. Creías que desde el día uno, te prepararían para convertirte en Woodward y Berstein, los reporteros que destaparon el caso Watergate; o en los abanderados del nuevo periodismo, Gay Talese o Tom Wolfe o en nuestro Manu Leguineche. El primer curso de Periodismo era prácticamente igual al último curso del colegio. Un darse de bruces con la realidad. Mucha historia, economía y lengua. En esa asignatura estudiamos lexicografía, la disciplina que se encarga de elaborar los diccionarios. Nos detuvimos en Julio Casares, Manuel Seco, el diccionario de la RAE y hasta en el Tocho Cheli, un diccionario de jergas elaborado por Ramoncín.

Del que guardo un recuerdo más nítido fue del Diccionario del Uso del Español de María Moliner. La profesora nos lo dibujó como la herramienta imprescindible para todo periodista y esas navidades, los Reyes Magos se lo regalaron a la mitad de la clase, a pesar del precio. 20.000 pesetas de la época. Yo terminé comprándome con las estrenas la edición abreviada, más acorde a mi economía. Este mes se cumplen 50 años de su publicación. Leo sobre la vida de esta mujer pionera que quiso transformar el mundo a través de las palabras, la cultura y la educación. Pensó que ocuparía dos años en elaborar el diccionario y tardó quince. Lo hizo sola. García Márquez dijo del diccionario que era el “más útil, más completo y divertido de la lengua castellana. Dos veces más largo que el de la RAE y dos veces mejor”. Vuelvo a sacarlo de la librería y le rindo mi particular homenaje prometiendo que a partir de ahora no lo devolveré a la estantería. Frente a la versión online de la Real Academia, me quedo con el trabajo en papel de María Moliner.

Publicado en Las Provincias el 13/04/2016

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