viernes, 21 de agosto de 2015

MÚSICA SUPER ANIMADA



No hay nada más ingrato en una fiesta que encargarse de la música. Al organizar un evento de estas características, la típica fiesta de verano que celebramos cada año, nadie discute sobre la temática elegida para los disfraces. Tampoco se acercan a protestar sobre la calidad o cantidad de la cena ni se atreven a comentarte que no les gusta la decoración, la iluminación o la disposición de las mesas. Pero a la hora de empezar el baile, eso es otra historia. No importa que te hayas pasado horas delante del ordenador seleccionando las canciones que sonarán teniendo en cuenta las diferentes edades de los invitados ni que hayas ampliado tu cuota del servicio de música en streaming que escuchas habitualmente solo para que ellos puedan disfrutarla esa noche o que te hayas molestado en averiguar los últimos bombazos del verano para incluirlos en la lista, aunque te den ganas de vomitar cada vez que los escuchas.


Todo ese esfuerzo da lo mismo. En cuanto pasen diez minutos, alguien se acercará y te preguntará si no tienes algo más actual o más antiguo o más clásico o más moderno o más lento o más de los 80 o te dirán directamente que ellos tienen un pendrive con otra música. Como lo que quieres es que se lo pasen bien, accedes a la propuesta con una sonrisa con tal de que te dejen en paz. Al cambiar de disc jockey, hay un momento de subidón en que todos se levantan a bailar. Es electro latino. Eso que escuchan ahora los jóvenes y que suena todo exactamente igual.  Al cuarto de hora ya quieren volver a cambiarla y alguien dice que tiene una tarjeta con “un montón de música super animada”. Yo ya les he dicho que para la fiesta del año que viene vayan ahorrando y le pidan a David Guetta que venga a pinchar. A ver si se atreven a él a decirle que cambie la música.    

Publicado en Las Provincias el 14 de agosto de 2015

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