viernes, 16 de marzo de 2012

ENTRE LA PLAYA Y EL CIELO

La familia es lo más importante. Don Vito Corleone tenía razón. El Padrino sabía además que la familia no solo la forman aquellos que llevan nuestra sangre, la familia son también todos los buenos amigos que están en los momentos importantes, los buenos y los malos.  El pasado domingo cuarenta miembros de esa familia, los ligados por parentesco y aquellos que no llevan nuestros apellidos pero solo por accidente, nos reuníamos en torno a una larga mesa en forma de ele. Mi hermano, el de verdad, y su novia repartían los tarjetones de su próxima boda entre bromas y un jolgorio importante. Si alguien nos hubiera visto por un agujerito, jamás se habría imaginado que dos horas antes esa misma familia se reunía alrededor de un almendro en flor para enterrar las cenizas de mi padre, al lado del mar, entre la playa y el cielo, cómo a él le hubiera gustado, cómo la canción de Serrat que sonó en su funeral y que tanto le representaba.

Puro carácter mediterráneo, con una alegría y un optimismo desmesurado, siempre dispuesto a apuntarse a una farra, discreto y digno, alejado de cualquier tipo de histeria o exageración, tocado con el don de hacerlo todo fácil, de no complicarle la vida a nadie, currante como pocos, el principal pilar que me enseñó que lo más importante en la vida es ser una buena persona. Él pensaba que cuando alguien moría, después no había nada. Pero se equivocaba. Mi padre se ha quedado en cada uno de nosotros, que ya nunca seremos los mismos, porque ese vacío no los llenará nada ni nadie. Dentro de unos meses, el día de la boda de mi hermano, la familia volverá a reunirse para hacer lo que él mejor sabía hacer, celebrar y disfrutar la vida.

Publicado en Las Provincias el 16/03/2012

2 comentarios:

  1. No he podido menos que emocionarme y alegrarme de lo bien que lo voy a pasar cada vez que, entre cantos y copas, recordemos algunas de sus cosas.
    Muchos, pero que muchos besos....
    Isake & Star

    ResponderEliminar
  2. He conocido a Fernando siempre en circustancias y momentos en los que con cualquier excusa aprovechavamos todos familia y amigos para vailar, cantar, chillar... cualquier cosa que nos hiciera reir y divertirnos.
    Para mi, que pocas veces he tenido oportunidad de hablar seriamente con el porque casi siempre hemos coincidido en estas circunstacias, era envidiable.
    No era persona que pensara que para vivir en paz habia que escuchar, observar y callar.
    El escuchaba, observaba pero de callar... nada, era sencillamente genial.
    Un genio, grandullón y bonachón
    Besos família

    ResponderEliminar