martes, 11 de octubre de 2011

LA MAGIA DE LA INFORMÁTICA

Los informáticos son los brujos del siglo XXI. Chamanes ante los que el resto de mortales debemos postrarnos cada vez que tenemos un problema con nuestro ordenador. Para los que no entendemos de tecnología, equivalen a superhombres cuyos poderes residen en un ratón y en un teclado y que consiguen con un simple clic y un comando de teclas resucitar tu PC o darte la funesta noticia de que tu ordenador ha muerto para siempre. Uno de mis mejores amigos pertenece a esta especie y ha salvado mi cibervida unas cuantas veces. Desde hace unas semanas, vuelve a tener una misión de máxima importancia en la que está en juego toda mi existencia digital. 
 
Este verano decidí poner orden en las caóticas entrañas de mi ordenador portátil. Pasé todas mis fotos, mi música y mis películas a un disco duro externo. Cada vez que lo conectaba, me preguntaba si quería utilizarlo para realizar no sé qué copia de no sé qué unidad. Siempre le decía que no, hasta que un día, sin darme cuenta, mi respuesta fue afirmativa y mi universo cibernético se desmoronó. Los últimos 9 años de mi vida succionados por un agujero negro. Lo único que me dolió perder fueron las fotografías que imagino se encuentran en el limbo de los ceros y los unos donde descansan junto a otro millones de documentos que la humanidad ha perdido a lo largo de los años. Intenté consolarme pensando que las mejores fotografías están en mis recuerdos, pero de pronto empecé a pensar en todos los momentos que serán difícil de rememorar si no es por ese testimonio gráfico: viajes, fiestas, ex novios... y quise llorar. Llamé desesperada a mi amigo, que me ha prometido que conseguirá recuperarlas. Si lo logra, volveré a creer en la magia
 

Publicado en Las Provincias el 30/09/2011

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