Nos alegramos mucho cuando nos lo contó hace un mes. Después de una separación turbulenta hace
cinco años en los que tuvo algún escarceo puntual e irrelevante, nuestra amiga
Ana no había vuelto a enamorarse. Así que el otro día, cuando nos anunció en el
grupo de Whatsapp que a través de una de esas aplicaciones de ligar había
conocido a un tío estupendo y la cosa había empezado a rodar, el resto de
amigas lo celebramos y le pedimos que nos mandara foto. No nos esperábamos aquello.
La imagen de un tipo alto y musculado con presencia poderosa, mirada penetrante
y esa mandíbula marcada que tienen los hombres que irradian firmeza. Tenía cara
de bruto. Seguir leyendo.
Que poquitos quedamos ... :D
ResponderEliminar