viernes, 6 de enero de 2017

SUEÑO CUMPLIDO



Como a muchos de ustedes, la música de la familia Strauss acompañó durante buena parte de mi adolescencia los resacosos despertares del 1 de enero. Aturdida aún por las secuelas de la noche anterior, desde la cama escuchaba los valses, polkas y marchas que emitía la televisión. El volumen bien alto, aunque solo hiciese unas horas que me había acostado. Mis padres eran muy benévolos en lo que a mis salidas nocturnas se refería, pero ese día no había piedad. A pesar de no ser grandes melómanos, era tradición escuchar el concierto de año nuevo en casa. Mi padre tarareaba, mi madre entusiasmada daba palmas con la marcha Radetzky. Así se iniciaba el año, con música, alegría y la delirante fantasía de mi madre de asistir alguna vez a verlo en directo. Leer más.


Publicado en Las Provincias el 6/1/2017

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