viernes, 27 de enero de 2017

UN MUNDO PERFECTO

A los bancos de imágenes les encantan los colores pastel

Llevo varios días inmersa en la difícil tarea de buscar fotos en un banco de imágenes con una única premisa, que las fotos no parezca que vienen de un banco de imágenes. Por si algún lector lo desconoce, los bancos de imágenes son inmensos catálogos de fotografías online en los que uno puede descargar fotos y utilizarlas con fines comerciales tras pagar una cantidad (también las hay gratuitas). Fíjense la próxima vez que por la calle les repartan un folleto informativo de una clínica dental, de una residencia de ancianos o de una promoción de viviendas. Probablemente la foto que les acompaña es una de estas imágenes. Las reconocerán porque todos sonríen mucho, las chicas son el arquetipo de la raza aria, los niños parecen androides (ni una arruga, ni un pelo fuera del sitio) y sus poses son la antinaturalidad hecha retrato.

En ese mundo ideal, si buscas madres haciendo los deberes con sus hijos, aparecen señoritas relajadas y felices en lugar de nerviosas y exhaustas a juzgar por sus expresiones; si lo que quieres ilustrar es una familia cocinando con sus hijos, no verás una mancha de harina, un cacharro sucio, un poco de desorden, sino una cocina inmaculada; si tu objetivo es encontrar fotos para una barbacoa, te toparás con un grupo de adolescentes risueños rodeando una parrilla que parece no desprender ningún olor. Son esas imágenes asépticas de un mundo diseñado por Mr. Wonderful las que cada día engulle nuestro cerebro de manera inconsciente hasta creer que eso es lo natural. No lo es. La imperfección y la incorreción son reales. Duden, desconfíen, cuestiónense todo y la próxima vez que lean cualquier publicidad, recuerden, esa sonrisa está retocada con photoshop y los abuelitos de la residencia no son tan felices como los de la foto.  

Publicado en Las Provincias el 27/1/17

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