viernes, 11 de diciembre de 2015

UN DÍA COMO HOY

Este tío es tonto y os toma el pelo


Facebook, ese descomunal contenedor donde algunos vomitan todo aquello que se les pasa por la mente, ese espacio anegado de frases pseudo filosóficas que cuelgan los acérrimos de Bucay y Coelho, esa mirilla para espiar al prójimo que hace las veces de patio de vecinas y escaparate de nuestros siempre engrandecidos éxitos, se ha convertido, además, en hemeroteca de nuestra vida personal. La red social, a través de una funcionalidad, permite volver al pasado recordándote lo que hiciste hace un año, o dos o tres. Si deciden activar la opción “Un día como hoy”, el invento de Mr. Zuckerberg hará que vuelvan a ver las publicaciones de entonces. Aunque, por la propia lógica que opera en Facebook, la mayoría de esos recuerdos serán alegres (a poca gente le gusta exhibir lo desgraciada o gris de su existencia), puede ocurrir que algunas de esas efemérides sean inoportunas.

Quien le permita a Facebook ser sustituto de su memoria, podrá toparse con fotos de noches de parranda que te reconcilian con los amigos del alma, también mostrará estampas de un viaje, un fin de semana o una cena memorables. Pero igual que nos hará vagar por felices y remotas ensoñaciones, también podrá golpearle trayendo al presente alguna foto de un antiguo amor que se le pasó borrar y que todavía escuece, o el recuerdo de un amigo que dejó de serlo o puede que simplemente asome la vergüenza de una cita que escribió o una frase que contenía una falta de ortografía. Lo bueno de la memoria es que es selectiva y termina desterrando todo aquello que es perjudicial o inútil. Pero el algoritmo que decide qué recuerdos extraer no tiene alma ni tampoco piedad. Así que, cuidado con lo que publicamos. Dentro de un año habrá cosas que nos horrorice haber compartido con nuestros 638 amigos.

Publicado en Las Provincias el 4/12/2015

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