viernes, 26 de octubre de 2012

CON FALTAS Y A LO LOCO


Es innegable que la comunicación digital, entre otras muchas utilidades, ha supuesto un antes y después a la hora de ligar. Los de mi generación recordamos el mal trago que se pasaba al llamar a casa de la otra persona y que contestara la voz amenazante de alguno de los progenitores. Con los teléfonos móviles, ese trance desapareció y el camino se fue allanando. Llegaron los SMS, y todo lo que nunca te atreviste a decirle en persona, era mucho más fácil en 160 caracteres. El Messenger fue otro de los grandes hitos a la hora de flirtear. Horas chateando sin gastarte un duro y sin límite de espacio. Apareció Facebook, Twitter y el WhatsApp, una verdadera revolución para expertos en el arte de la seducción que ha facilitado el inicio de innumerables relaciones y posteriores consumaciones.



Sin embargo, este tipo de comunicación es también un arma de doble filo. Con la eclosión de la expresión escrita, emergió una lacra que afecta a gran parte de la sociedad y que hasta ese momento estaba agazapada: las faltas de ortografía. Cuando en épocas de soltería, un chico intentaba un acercamiento vía mensaje, yo dejaba de mostrar interés automáticamente si este escribía dos faltas. Como en el examen de conducir, la primera vez la consideraba leve y podía dejarla correr, pero a la segunda, era suspenso seguro. Había una excepción. Si el susodicho escribía una sola vez “Haber si nos vemos pronto”,  en lugar de “A ver”, eso suponía tarjeta roja y expulsión definitiva de cualquier posible romance. Pensándolo bien,  las redes sociales son una excelente selección natural para ahorrar tiempo ante primeras citas, y las faltas de ortografía, un eficaz método anticonceptivo





Publicado en Las Provincias el 26/10/2012

2 comentarios: