viernes, 6 de enero de 2012

DIOS ESTÁ EN LOS DETALLES


Postrado en Social Media.  Postrado, participio del verbo postrar. Es lo que rezaba uno de los currículum recibidos estos días en mi empresa que pretendía optar a un puesto de trabajo vacante. El candidato se había olvidado de incluir la letra g, con lo que en lugar de indicar que había completado un ciclo de estudios de especialización tras su graduación o licenciatura, lo que daba a entender, según la definición que hace la RAE de este verbo, es que estaba rendido, humillado o enflaquecido por el a menudo proceloso mundo de los medios sociales. Imagino al susodicho de rodillas ante el yugo de Facebook o bajo la dominación del pajarillo azul de Twitter. Tampoco nos inspiró demasiada confianza otro de los currículum en el que se decía que tenía nociones avanzadas de Youtube. A la gigantesca plataforma de vídeos de bebés haciendo el mono, cachorros con comportamientos humanos y leñazos a tutiplén, la  candidata se refería como  “You tuve”.   Puede ser un lapsus. A todos nos puede pasar, pero en estos casos, la primera impresión es determinante. 

No me gustan los formalismos y admiro la creatividad y la originalidad en estas cartas de presentación. Dependiendo del puesto al que se opte, uno se puede permitir algunas licencias, pero mandar un currículum para un puesto de técnico en marketing online, en el que se indique bajo el epígrafe de “Experiencia laboral” que actuó de  gogó en las fiestas de su pueblo, tampoco me parece demasiado adecuado. Ciertas cosas pueden omitirse y en otras hay que afinar, y más teniendo en cuenta como está el mercado. Lo dijo el arquitecto alemán Mies Van der Rohe, Dios está en los detalles. Sí, pero el demonio también. 


Publicado en Las Provincias el 06/01/12

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